La bicicleta es uno de los mejores medios de transporte que existen. No ocupan mucho espacio, incentivan el ejercicio y la ecología por lo que contribuyen a la salud del usuario y del mundo, no son peligrosas y son aptas para todas las edades. Además, hoy por hoy, las bicicletas han evolucionado. Con velocímetros, luz delantera y trasera, soporte para el smartphone y apps para medir tu rendimiento, checar el GPS, retrovisores… ¡todo!
Por ello, sería fácil pensar que la bicicleta es el vehículo por excelencia para las grandes ciudades. ¡Y más aún ahora con las bicicletas eléctricas!... ¿verdad? En realidad no. Pues, como comenta Aaron Gordon, un periodista independiente, todos odian las e-bikes. ¿Cómo las vamos a mejorar?
Foto: Davidson Luna
¿Un peligro para las calles?
La pregunta es clara: ¿Por qué “todos” odiarían una innovación tan clara? Tienen los beneficios que enlistamos antes más la posibilidad de llegar más rápido, a tiempo y mucho más presentable a cualquier lugar. Además, y por eso mismo, representan una gran opción para los restaurantes que ofrecen servicio a domicilio, para los jóvenes que no tienen auto, y en general para los que no quieran contribuir al tráfico citadino. ¡Suenan como la solución a todos los problemas de una metrópoli como Nueva York! De cualquier forma, las e-bikes ya son ilegales precisamente en esa ciudad.
Foto: Audi_Nederland
La pregunta se repite: ¡¿Pero por qué?! La respuesta decepciona: nadie está muy seguro. La policía argumenta que son peligrosas —aunque no representan un riesgo para los peatones— y que alteran la tranquilidad de las familias. Aunque cualquiera que haya estado sobre una bicicleta eléctrica entiende por qué esto no es verdad. Son silenciosas, efectivas, y fáciles de usar. Y, hasta el momento, no hay ningún dato u estadística que nos muestre lo contrario.
¿Un problema general?
Sucede que las e-bikes son más rápidas que las bicicletas normales. Sin duda. Puedes alcanzar hasta 40 km/h, la cual es una velocidad muy buena para los ciclistas promedio. De cualquier forma, no es una velocidad exorbitante. Además, no todas las bicicletas son iguales.
Foto: Julien GONG Min
Podemos hablar de dos tipos: de aceleración, y de asistencia al pedalear. Las primeras se acercan a las motocicletas, tienen un motor que te permite acelerar. Por el otro lado, las segundas sólo te aportan, digamos, “una ayuda extra” a la hora de acelerar.
Son dos tipos de bicicletas distintas, pero la ley en Nueva York las ha discriminado por igual. Si andas en las calles con cualquiera de ellas, las multas pueden ascender hasta los 500 dólares.
¿Quiénes las usan?
Quizá sea sorprendente saber que el mayor mercado de las e-bikes —el 70%— corresponde a Baby-boomers y trabajadores retirados, como reporta Los Angeles Times. Gente que disfruta de un paseo en bicicleta, pero que agradece la ayuda que un motor puede brindar, especialmente durante las cuestas. Después, siguen millenials que las ven como un medio de transporte más cómodo e innovador. De cualquier forma, es un mercado en crecimiento, y se espera que muy pronto toda clase de personas tengan una e-bike.
Foto: James Forbes
Una ciudad debe cambiar según sus habitantes
Entonces, el panorama se nos pinta de esta forma: 1) las e-bikes representan una gran solución a varios problemas; 2) las grandes ciudades parecen rechazar su uso; 3) la gente las acepta con cariño y se espera que cada año aún más. ¡Vaya problema! Así se demuestra qué importante es que una ciudad se construya pensando en los habitantes, sus necesidades, deseos y problemáticas.
Imagina vivir en un lugar donde transportarte sea tremendamente fácil. No sólo por la increíble cercanía de todo, sino por tener un sistema de vialidades limpio, elegante y funcional. Imagina tener todo a un par de pasos —¡o a unas cuantas pedaleadas con tu e-bike! Imagina un lugar hecho a tu medida, y no al revés.
¿Lo imaginaste? Ahora vívelo en Paseo Country. La comunidad planeada que se diseñó no para que sus habitantes se adapten a ella, sino pensando en las formas de vida del mañana. ¡Conócela!