México es un país seductor para todos los sentidos. Sus vistosas playas y paisajes captan la vista. El aroma de sus flores y frutas endémicas atrapan el olfato. El sonido de su música tradicional y los peculiares acentos de su gente son una sinfonía para los oídos.
El placer de caminar descalzo por sus campos y las texturas de sus tejidos tradicionales encantan al tacto. Los sabores de su cocina, patrimonio de la humanidad, encantan al gusto.
Y lo más importante: sus atractivas oportunidades de inversión encantan al sentido común.
Al comprar una propiedad en Cancún, los beneficios son infinitos, pero puedes caer en un fenómeno conocido como la “Fiebre de Margaritas”, que se caracteriza por la prisa de adquirir una propiedad "a la de ya"; eso es un riesgo tanto para tu inversión como para la economía del país en el que quieres invertir.
Lo mejor es tomar todo con calma, pensar detenidamente cómo y cuál será tu inversión y realizar los movimientos ideales para una gran compra en el Caribe Mexicano.
Uno de los principales obstáculos que podrías encontrarte al intentar invertir en un inmueble en playas mexicanas son los trámites. El papeleo puede ser agotador y tardado, sin embargo, con la ayuda de los expertos que te guiarán en el camino, el proceso podrá ser un poco más rápido, y sin duda será menos agotador.
Existen muchos términos que se utilizan cuando un extranjero desea realizar una compra en Cancún, por ejemplo: la zona restringida, el fideicomiso, el pago de buena fe, etcétera. Pero mejor vámonos por partes y déjanos explicarte cómo es todo el proceso de compra vía fideicomiso en una zona restringida de la República Mexicana.
El artículo 27 constitucional establece como zona restringida a una franja imaginaria de 100 kilómetros en las fronteras y 50 kilómetros en las playas, donde se impide a los extranjeros adquirir directamente propiedades inmuebles. Sin embargo, se autoriza a los bancos y otras instituciones que adquieran la propiedad y celebren un contrato con el “comprador” para transferirle todos los beneficios sobre el inmueble. A esto se conoce como un fideicomiso.
Un fideicomiso no es un simple capricho de las autoridades mexicanas, también es una protección para el inversionista extranjero. Eso permite mayor seguridad de que la propiedad que se adquiere está totalmente en regla, porque se conocen casos de muchos “jinetes” que “venden” propiedades de manera fraudulenta. Un inmueble no es una inversión fácil y, al firmar un fideicomiso, la institución intermediaria corrobora que todo esté en orden: la propiedad, el seguro y la posesión del predio.
Se recomienda en el caso especial de inversores extranjeros que no conocen la reputación de un vendedor ni de la institución que está ofreciendo el trato de compra-venta.
Siempre es importante contar con la asesoría de algún experto inmobiliario que te guíe paso por paso, pero trataremos de simplificarlo.
Relájate: afortunadamente, éste es un trámite que no tienes que realizar tú solo. Las inmobiliarias de prestigio ofrecen a sus clientes un acompañamiento completo.
Sí, sabemos que el proceso no es el más sencillo y ágil, pero estamos seguros de que si te colocas en las manos de los expertos y dejas que ellos se preocupen mientras tú sólo te dedicas a cuidar tu inversión, todo saldrá perfecto y no caerás en la fiebre de margaritas.