No es necesario decir que estamos viviendo una crisis ecológica. Sobra hablar una vez más del calentamiento global, de la deforestación o de la crisis que viven a diario los osos polares.
Sabemos que hay una problemática muy seria que debe de ser atendida lo más pronto posible. Muchas personas se ven en una disyuntiva. Quieren ayudar al medio ambiente, pero viven en un edificio vertical dentro de una ciudad donde prácticamente no hay espacio para poner una maceta, un jardín propio e incluso sin el tiempo para regarla todos los días. La pregunta es simple: ¿habrá alguna forma de combinar lo mejor de densificación propia de las grandes ciudades con un sistema de vida sostenible y ecológico?
Estamos acostumbrados a ver películas y series de televisión que nos presentan futuros oscuros y terribles. Donde la tecnología sobrepasa a la capacidad del ser humano para utilizarla sabiamente y ésta representa su perdición. Series magnificas como Black Mirror muestran escenarios terribles que son, lamentablemente, posibles.
De cualquier forma, no son inminentes. Día a día cientos de proyectos son creados, desarrollados y empezados buscando un mejor mundo, un mejor país, una mejor ciudad. Un ejemplo notable de esto, es el nuevo edificio “Fôret Blanche” desarrollado por Stefano Boeri Architetti, que busca traer un poco más de verde a las ciudades.
Fôret Blanche —Selva Blanca, en español— será un increíble edificio de 54 metros que se levantará en París. Será la primera selva vertical de Francia. Hay que recordar que existen proyectos similares en el mundo, por ejemplo, las Bosco Verticale de Milán.
Se trata de una construcción de estructuras de madera que, por fuera, pintará de verde la ciudad con una cantidad impresionante de 2,000 árboles, arbustos y plantas que decorarán sus paredes, techos y balcones. Se convertirá en un pulmón que revitalizará la ciudad y, al mismo tiempo, donde la gente podrá comprar, trabajar, e incluso ¡vivir!
Imagina por un momento contar con uno de los lujosos departamentos en Fôret Blanche. Imagina que entras y en los primeros pisos encuentras comercios y oficinas que te permiten tener cantidad de productos y servicios a la mano. Ahora subes a los pisos superiores y decides parar por un momento y descansar en las terrazas. Allí estás, con verdor a tus lados, en contacto con la naturaleza y en una perfecta ubicación que permite la circulación del viento parisino. ¿Suena bien, no?
Este complejo vertical busca combinar lo mejor de las dos caras de la capital francesa. Por un lado, la elegancia, el lujo, el vino tinto y el pan crujiente. Por el otro, la responsabilidad social, el desarrollo social, el Acuerdo de París y la sostenibilidad.
Este proyecto es uno más en una larga lista de desarrollos, ideas, proyecciones y sueños que buscan crear nuevas experiencias de vida. La idea es poder conjugar lo mejor de las ciudades, con lo mejor de los campos; las ventajas de la metrópoli, con la tranquilidad y frescura de un bosque.
Esta idea se puede disfrutar día con día en en Country Towers, donde la vida se convierte en una experiencia gracias a sus 20,000 m2 de áreas verdes, lago privado, jardines y techos verdes. Ahí, la ciudad se acerca un poco más al cielo azul.