Ya tienes tu nueva oficina, y por ello… ¡felicidades! Ahora lo que sigue es personalizarla como prefieras. Quizá quieras colocar algunas pinturas, cambiar unos muebles, decidir cómo organizar tu equipo. Todas estas son decisiones clave a la hora de diseñar tu espacio. De cualquier forma, si algo no te convence, siempre puedes cambiarlo. Pero cuando hablamos de pintar las paredes o elegir los colores que predominarán... las cosas se complican. ¿Quieres saber los efectos de los colores en la productividad y armonía de tu espacio laboral?
Sí, seguro puedes volver a pintar tu oficina si no te convence tu elección, pero es un proceso largo y no muy sencillo. Por eso es muy importante conocer la psicología del color para tomar decisiones acertadas que saquen lo mejor de tu espacio. ¡Te contamos de algunos colores!
Azul
Quizá sea el mejor color de todos, ya que es el color favorito de ambos, hombres y mujeres, de acuerdo a un estudio realizado por Kissmetrics. Y es fácil entender por qué. El azul nos recuerda al cielo, al mar. Dentro de la psicología del color, es un color que transmite seriedad, confianza y tranquilidad. No es de extrañar que grandes bancos y aseguradoras manejen tonalidades azules.
Si tu oficina es un despacho de abogados, asesoría financiera, de seguros, o una oficina de contabilidad, tener elementos de este color te ayudarán a crear un ambiente pacífico de trabajo. Así generarás confianza en tus clientes desde el primer momento en el que entren a tu nueva oficina.
Amarillo y Naranja
Son colores peligrosos, ¡tómalos con calma! Se sabe que el naranja y el amarillo estimulan el apetito. Pero no sólo el apetito, sino el sentido visual en general. De esa forma, un restaurante predominantemente amarillo incitará tu hambre, pero también te saturará y hará que te quieras ir pronto. Esta es una estrategia usada por las grandes cadenas de comida rápida que prefieren tener un flujo rápido de clientes.
Foto: Breather
Utiliza elementos de estos colores cuando quieras transmitir dinamismo, alegría y juventud. Promoverá un ambiente relajado y creativo, por lo que es excelente para empresas de diseño, mercadotecnia y publicidad. También querrás elementos de estos colores –como cojines o cuadros– en salas de juntas y conferencias. ¡Pero recuerda! Úsalo con moderación.
Negro y blanco
Por último, estos dos colores que no son colores. El blanco es la combinación de todas las tonalidades. Transmite pureza, pulcritud, sencillez, nobleza, suavidad. No es sorpresa que sea símbolo de lo bueno y que se use en hospitales, ya que crea un ambiente etéreo muy agradable.
Foto: MULTIMEDIA
El negro, por el contrario, es la nulidad de color. Es un color que solemos asociar al vacío, a la muerte, al duelo y al dolor. Pero también es poderoso y elegante. A través de elementos negros como sillas, escritorios, cuadros o decoraciones, puedes dotar a tu oficina de un aire más serio y sofisticado.
Color, color, color
Elegir cómo será tu espacio es sin duda importante. No importa si es una oficina, casa, departamento o despacho, hacer tuyo ese lugar en el que pasarás tanto tiempo es la clave para explotarlo al máximo. ¿Quieres conocer más? ¡Tendremos una segunda parte para que aprendas a explotar los colores en tu espacio personal!