Existen momentos clave que marcan un cambio de rumbo en las ciudades. Mérida ve surgir en sus horizontes el presagio de un nuevo futuro, hoy brillan en el cielo las luces de Vía Montejo.
Este gran proyecto de usos mixtos de lujo marca un hito en el desarrollo urbano de Mérida. Desde que inició la obra, Via Montejo llamó la atención por su enorme magnitud y su ambicioso objetivo de crear un ecosistema integrador basado en la calidad de vida.
<< continúa debajo de vídeo >>
Con sus más de 600 mil m2 de construcción en un terreno de 250,000 m2, este visionario proyecto representa uno de los rescates urbanos de áreas en deterioro más impresionantes del sureste del país.
Hasta hace unos años, en esos terrenos se encontraba la antigua Siderúrgica de la Ciudad, en espacios colindantes con el ex-centro económico textil más importante del estado: Cordemex. Lo que era antes un terreno en abandono, es ahora un ecosistema vivo, con hermosos lagos, bellos jardines y todo lo necesario para una calidad de vida llena de tranquilidad y confort.
Eran tiempos muy diferentes
Plaza principal de Mérida, cerca de 1970.
La historia de este emblemático lugar empezó en el año de 1974 con el establecimiento de 6.3 hectáreas destinadas a la fabricación de varillas y alambrón para uso constructivo.
Era una época marcada por los cambios históricos: el henequén, la fibra textil que impulsó la economía yucateca durante el siglo XIX llegaba a su completa extinción, trayendo desempleo e incertidumbre a la capital del sureste.
En esos tiempos, la ciudad de Mérida contaba apenas con 250 mil habitantes, el boleto del cine costaba 4 pesos y en sus pequeñas y pocas transitadas avenidas, los automóviles compartían carril con calesas movidas por caballos.
Curiosamente, a Mérida no le daba buena fama todo aquello que hoy la hace uno de los puntos de mayor crecimiento de México su ubicación. Su lejanía con el centro del país era percibida como poco favorecedora y su pacífico estilo de vida era de poco interés para el turismo.
En este marco se inauguró la Siderúrgica de Yucatán. Ubicada a las afueras de la ciudad, constaba de 7 mil metros cuadrados ocupados por 5 imponentes naves industriales que cubrían la demanda de metales de la península yucateca, incluyendo Tabasco.
En su mayor etapa de producción, alcanzó a producir hasta 5 mil toneladas mensuales de varillas y alambrón. Sin embargo, los años ochenta trajeron una crisis nacional, así como el surgimiento de otras industrias que le hacían competencia a la siderúrgica. Esto llevó a la planta a un detrimento que se fue agudizando hasta el 2010, año en que la industria apagó sus máquinas.
Durante mucho tiempo se pensó que los terrenos eran poco aprovechables debido a su lejanía con el centro de la ciudad y porque la actividad productiva afectó considerablemente el área. Entre los escombros se asentaron cerca de 4,300 toneladas de una especie de roca volcánica fundida en el suelo, producto de la actividad metalúrgica.
Estado del terreno y suelo de la ex siderúrgica en 2010.
Hacía falta una mirada visionaria que viera todo el potencial del área, actividad titánica que parecía imposible.
Con Vía Montejo renace el futuro de Mérida
En los años siguientes, la empresa yucateca Inmobilia ya había concretado dos grandes casos de éxito: sus primeros proyectos de ensueño Yucatan Country y Country Towers. El primero se caracterizó por ser el desarrollo residencial de vanguardia multi-reconocido por inversionistas del mundo; el segundo, por ser las torres pioneras en la vivienda vertical de gran altura en la ciudad, que rápidamente agotaron sus espacios con departamentos llenos de confort y alta tecnología.
Para Inmobilia, sus desarrollos residenciales persiguen un fin que va más allá de construir casas y departamentos de lujo: se trata de crear comunidad, generando ecosistemas integrales que brinden a los habitantes una vida carefree living, en armonía con el medio ambiente y con los más altos estándares de tecnología y sostenibilidad.
Los terrenos de la ex-Siderúrgica eran la gran oportunidad de llevar su visión un paso más adelante: la creación de una pequeña ciudad, llena de vegetación, paisajes de diseño en armonía con toda la modernidad y confort de la vivienda contemporánea. Esta comunidad del futuro tenía un nombre: Vía Montejo.
Recuperar el terreno, una tarea titánica con altos estándares de calidad
Aprovechar la privilegiada ubicación del terreno no fue fácil. Desde el principio, Inmobilia se dio a la tarea de reunir a especialistas de distintas áreas de conocimiento en biología, geología, entre otras áreas de especialización necesarias para rehabilitar la zona.
Se realizaron cientos de pruebas científicas y tareas que fueron supervisadas por entidades nacionales e internacionales. El momento crucial de este proceso llegó cuando la zona fue elegida por el Gobierno de los Estados Unidos para el establecimiento de su nueva Sede Consular. Esto exigió el cumplimiento de rigurosos estándares de calidad internacional, que fueron superados con creces.
- Primero, fue necesario eliminar las 4,300 toneladas de material fundido parecido a la roca volcánica.
- El segundo paso fue rellenar la zona de “sascab”, material blanco con el que los antiguos mayas hacían los caminos que comunicaban los diferentes poblados.
- Luego se plantaron 120 mil árboles de la región: caoba, cedro, chacá, chicozapote, maculí, álamo, palmas y el árbol sagrado de la mitología maya, la imponente ceiba.
- Hoy, los residentes de Vía Montejo podrán disfrutar el avistamiento de especies de aves coloridas de la región que regresaron para habitar el área.
Via Montejo: Espacio que beneficia a todos
- Activará la zona norte de la ciudad con una aportación urbanística de primer nivel.
- Ofrecerá nuevas fuentes de empleo y activación económica en sus áreas comerciales.
- Creará espacios sociales para toda la comunidad yucateca.
- Renovará la imagen urbana con espacios arquitectónicos de primer nivel y áreas verdes.
- La zona sureste del país vivirá desde Mérida un impulso económico para competir con proyectos de inversión inmobiliaria en el mundo.
La inauguración de Via Montejo marca un nuevo capítulo en la historia de Mérida hacia el futuro. Es un hito en la trayectoria de Inmobilia y eleva aún más el pendón del compromiso que como desarrolladora tiene con la ciudad y con México.
"En Inmobilia no entregamos productos, creamos comunidades y trabajamos para las personas. Nosotros invertimos en México y estamos listos para hacer historia."