El desgaste natural que cualquier inmueble sufre con el paso del tiempo es el peor enemigo de tu inversión. Sin embargo, evitarlo es muy sencillo. Darle mantenimiento constante a una propiedad no solamente la ayuda a mantener una apariencia estética, sino que además potencializa su vida útil, y aumenta su posibilidad de renta o de venta.
En promedio, la vida útil de una propiedad oscila entre los 30 y 50 años dependiendo de varios factores:
- Clima.
- Región en donde se encuentra.
- Tipo de materiales de construcción.
- Otros.
Sin embargo, esta vida útil puede extenderse hasta los 75 años o más con el mantenimiento adecuado.
Por supuesto, la vida útil depende de los materiales. De acuerdo con la Asociación nacional de Constructores de Casas (NAHB por sus siglas en inglés), algunos lapsos de tiempo que pueden interesarte son:
- Alrededor de 40 años por muebles y acabados de madera.
- 45 años de vida útil para los aluminios.
- La vida útil de las pinturas es de 20 años en promedio.
- La herrería tiene una duración promedio de 70 años.
- Los galvanizados tiene una vida útil de 30 años.
¿Cómo afecta el desgaste al valor de una propiedad?
El valor de una propiedad puede verse afectado de manera importante si los acabados se encuentran deteriorados, las instalaciones básicas presentan fallas o si hay detalles como termitas, daños, roturas y demás.
Cuando se habla de edificios de condominio, la situación se complica, pues el desgaste y los daños del edificio afectan la plusvalía de cada condominio, dificultando su venta o renta y reduciendo su valor.
Fachadas desgastadas, manchadas o deslavadas, jardines descuidados o fallas en equipos costosos como elevadores terminan costando más dinero a los inquilinos en el mediano y largo plazo porque cortan el potencial de crecimiento de la plusvalía.
El mantenimiento preventivo de las áreas comunes, jardines, fachadas y demás elementos de un edificio es clave para proteger la inversión de los condóminos, así como para evitar gastos elevados de forma abrupta como, por ejemplo, la reparación de un ascensor.
Cuota de mantenimiento: otra buena inversión
Una forma de proteger los intereses de los inquilinos y asegurar el mantenimiento de los edificios es mediante el pago de una cuota periódica, que se destina a la compra y contratación de expertos para conservar el inmueble en óptimas condiciones.
Algunos de los aspectos que se cubren con el pago de la cuota de mantenimiento son:
- Retoques de pintura, así como mano de obra.
- Pago de jardineros y productos para cuidado de jardines
- Mantenimiento de instalaciones generales como instalación eléctrica o de agua
- Mantenimiento de acabados como pisos, maderas, herrería entre otros
- Pago del personal de limpieza para mantener limpias las áreas comunes
- Reparación de goteras, grietas u otros daños.
- Mantenimiento y limpieza constante de canales de drenaje en techos y áreas comunes.
Además, dependiendo de la región y la cantidad de lluvia que cae durante el año, el retoque de impermeabilizantes, manos de pintura extra y demás elementos pueden ser necesarios para mantener la fachada. Los edificios en vertical suelen tener un mayor escurrimiento de agua cuando llueve, por lo que las necesidades de mantenimiento pueden depender del clima, la humedad o la cantidad y potencia del sol.
Es importante que los condóminos contemplen el pago de una cuota de mantenimiento como un seguro de protección para su inversión, pero también es importante un manejo transparente y en consenso del dinero recaudado, ya sea por una tercera parte encargada de manejar el mantenimiento del edificio, o por parte de una junta vecinal.
En casas y fraccionamientos
En el caso de las viviendas individuales o los edificios que no se encuentran en régimen de condominio, el mantenimiento de zonas comunes también es importante. En el caso de residenciales privadas con amenidades, la junta vecinal debe encargarse de dar mantenimiento a:
- Piscinas
- Parques
- Áreas verdes
- Ciclovías
- Veredas
- Canchas deportivas
- Casas club
Dependiendo del tipo de desarrollo, las necesidades serán diferentes, pero la importancia del mantenimiento para conservar el valor de tu patrimonio no cambia. Invertir en mantenimiento ahora puede ahorrar mucho dinero, o incluso hacerte ganar mucho dinero, el día de mañana.