Una ciudad crece. La gente llega, las empresas construyen y la industria se expande. De cualquier forma, no podemos decir que todas las ciudades se desarrollen, que crezcan en un sentido más amplio y que se superen en modernidad, innovación y calidad de vida. La pregunta es inevitable: ¿cómo sabemos si Mérida está simplemente creciendo o si está progresando y convirtiéndose en un mejor lugar día a día? ¡Aquí te contamos la verdad, usando los indicadores más importantes!
Más allá del número de habitantes, lo que hace que una ciudad sea importante es la capacidad que tiene de ofrecer servicios de calidad a sus habitantes. Donde hay inversión industrial, hay un desarrollo económico que crea un aura de confianza para más inversionistas. Se crea un ciclo donde la ciudad se ve altamente beneficiada.
Beatriz Gamboa Lago, presidenta de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios, nombró a Mérida como una de las 5 ciudades con mayor inversión inmobiliaria, de acuerdo con El Economista. De hecho, se habla que Mérida se ha convertido en la mejor ciudad para invertir, o en otras palabras ha llegado el llamado "Mérida Moment", que involucra—además—ámbitos turísticos, comerciales, hospitalarios, industriales y más.
Esto se traduce en poyectos excepcionales y de alta rentabilidad que podemos encontrar en la ciudad. Desde altos edificios con increíbles departamentos, pasando por oficinas elegantes y funcionales, hasta centros comerciales con más de 70,000 metros cuadrados para contener a marcas de impacto internacional.
Sabemos que una ciudad tiene potencial en el momento en el los inversionistas extranjeros posan su mirada sobre ella. El actual sexenio—próximo a concluir en el año 2018— podría rebasar mil millones de dólares en inversión extranjera directa, como informa El Financiero.
La apertura de fábricas como la estandarte de Grupo Modelo, así como Envases Universales en Hunucmá que producirá envases para bebidas nacionales y de exportación a Cuba; las inversiones de Walmart de 650 millones de pesos; la construcción de hoteles junto al nuevo Centro Internacional de Congresos del Estado: todos estos son algunos ejemplos de este interés extranjero que se traduce en una mejor ciudad.
Notar cómo las empresas locales empiezan a extenderse a otros lados del país es un indicador importante, ya que nos muestra cómo el desarrollo local permite, incluso, la expansión. La reactivación del tren Chiapas-Mayab, la inversión extranjera, y la gran calidad de vida que ofrece Mérida han sido factores propicios para que empresas de todo tipo tengan sus miras en el centro del país.
No sólo hacia México, sino a sus afueras. Inmobilia, por ejemplo, ha iniciado su primer macroproyecto fuera de las fronteras nacionales, de la mano con Thor Urbana capital y GFA. Caye Chapel —la isla privada referente de lifestyle, exclusividad y lujo en el Caribe— es un reflejo de cómo el desarrollo en nuestro estado se expande a nuevos horizontes.
Estas son sólo unas de las razones que hacen que Mérida sea una capital de calidad de vida y capacidad económica en México. Es, además, un paso más hacia un país descentralizado donde podamos encontrar ciudades con todos los lujos de una capital, y las ventajas de la provincia.
Todo esto nos demuestra lo que nosotros ya sabíamos: ¡la Ciudad Blanca es la mejor para vivir en México!