Las videoconferencias se han vuelto una constante en nuestras vidas desde el inicio de la cuarentena, ya sea como una herramienta para reuniones de negocios o para socializar desde la seguridad de tu casa.
No hay duda de que son muy útiles, pero también pueden llegar a ser cansadas luego de mucho tiempo frente a la pantalla. Hoy te daremos unos tips que te ayudarán a manejar las videollamadas de forma relajada ¡Sigue leyendo!
Encender la cámara es algo que debes considerar como algo opcional y, en general, debe entenderse mejor que las cámaras no siempre tienen que estar encendidas durante cada reunión.
Saber que te están mirando puede generar presión social, así como la sensación de que necesitas actuar todo el tiempo; ser performativo es estresante y es difícil no ser conscientes de cómo nos comportamos frente a la cámara.
Tener la pantalla apagada también puede ayudarte a enfocarte, especialmente en las reuniones grupales, pues sólo te concentras en lo que se dice y no te distraes con los gestos de los demás.
Ten un tiempo durante las reuniones para ponerse al día antes de sumergirse en los negocios, y hablar de temas lejanos a la situación actual. O si lo prefieres, pueden hablar sobre el bienestar de las personas. Para alguno esta es una forma de conectarse con el mundo y de mantener la confianza con los otros.
Si sabes que tendrás varias reuniones en un día, recuerda acomodarlas de tal forma que puedas tener algunos momentos de descanso entre cada una para ayudar a despejar tu mente.
Levántate y estira tu cuerpo, haz ejercicios de respiración, aléjate de la computadora y recupérate para comenzar con la mente clara.
Trata las llamadas como una conversación real y enfócate sólo en hablar o escuchar. Al hacer varias cosas al mismo tiempo, se apagan y encienden ciertas partes de nuestro cerebro que comprometen nuestra concentración y nos hacen gastar energía. Estar cambiando entre tareas puede costarte hasta el 40% de tu productividad.
De acuerdo con los profesores Gianpiero Petriglieri y Marissa Shuffler, quienes estudian el bienestar y el desarrollo en el lugar del trabajo, cuando interactuamos con otra persona a través de la pantalla, nuestros cerebros tiene que trabajar mucho más de lo que lo harían en una conversación en persona.
Esto se debe a que debemos prestar más atención para procesar las señales no verbales que tendríamos durante una conversación de la vida real, como las expresiones faciales, el tono de la voz y el lenguaje corporal.
El silencio es otro desafío; en una conversación en la vida real se crea un ritmo natural, sin embargo, cuando sucede en una videollamada, puede generar ansiedad o incomodidad. También está el hecho de que aspectos de nuestras vidas que solían estar separados (trabajo, amigos, familia) ahora están sucediendo en el mismo espacio, lo que no ofrece un lugar específico para la relajación.
¿Qué te parecieron los tips? Esperamos que te sean útiles y te ayuden a tener videollamadas más amenas. Recuerda que estar en contacto con otros también es algo bueno, así que trata de tener llamadas con tus personas cercanas y disfrutalo.