Las ciudades mexicanas no están preparadas para un surgimiento en el uso de la bicicleta como medio de transporte alternativo y eficiente. Por lo tanto, aunque poco a poco se van adaptando a esta revolución —que incluso ha transformado cómo se hacen los desarrollos de usos mixtos y las comunidades planeadas en grandes metrópolis— todavía existe un enorme área gris para este tipo de tránsito a pesar de los grandes beneficios de tener una ciclopista cerca de casa.
Y aunque las leyes suelen variar de estado a estado, hay ciertos parámetros comunes entre las disposiciones que los reglamentos de tránsito confieren a los ciclistas que deben ser tomadas en cuenta; a continuación, te las presentamos:
Puedes omitir el casco y usar tu celular
¿Sabías que no tienes que usar casco y que, además, puedes usar tu celular al manejar tu bicicleta? …pero, ¿de verdad quieres hacerlo? Vamos, entendemos que los celulares son prácticamente algo ahora unido a nuestras manos (probablemente estás leyendo esto en uno), pero no es ideal sacrificar tu vida por responder un mensaje. Y, con respecto a los cascos, definitivamente puede ser algo incómodo pero tomando en cuenta que al menos el 40% de los accidentes provienen de las motocicletas y bicicletas, lo más recomendable es que no salgas de casa sin uno.
Como dicen por ahí: "urge legislar"
Tomando en cuenta el crecimiento de alternativas verdes como las bicicletas eléctricas y que estamos en un período de concientización con respecto al cambio climático, tal vez sería una buena opción para nuestros gobiernos considerar incentivar su uso, pero al mismo tiempo darle más importancia y nuevas obligaciones a los ciclistas, algo que en conjunto con un verdadero sistema de protección ante las faltas a las que suelen incurrir los automovilistas en contra de ellos —como la muy común invasión de los carriles preferentes— ayudará a proteger a todos los que usamos las calles.
Todo esto sería con afán de evitar la gran cantidad de accidentes que ocurren por la deficiente convivencia entre vehículos de motor y bicicletas, ya que no existen leyes que realmente sancionen su mal uso. Toda amonestación involucra una sanción verbal, la cual sólo puede tener una consecuencia legal si se llega a faltar al respeto al emisor de dicha sanción—y en el caso de los carros y motos, muchas veces quedan sus multas quedan impunes.
Este conjunto de propuestas beneficiará tanto a aquellos conductores de automóviles y motocicletas, como a los ciclistas, ya que estos últimos son considerados peatones y no deben tener ese tipo de obligaciones, sino las propias a su cultura y hábitos.
Por ejemplo, en la Ciudad de México —una urbe con un enorme caos vial pero con creciente respeto al ciclista—ya existe un reglamento con ciertas "multas" por mal comportamiento que podríamos empezar a usar como sugerencias válidas al usar una bicicleta. ¿Cuál consideras absolutamente necesaria?
- No circular en las aceras y áreas reservadas para uso exclusivo de peatones
- Con excepción de niños menores de 12 años y policías.
- Rebasar sólo por la izquierda.
- No circular en carriles exclusivos para transporte público a menos que haya señalamientos que lo permitan.
- Detenerse sólo sobre áreas reservadas para tránsito de peatones.
- No circular por carriles centrales de vías de acceso controlado.
- Sólo llevar el número de personas que permitan los asientos.
- No circular entre carriles a menos que haya transito detenido y sea para colocarse en un área de espera.
- Utilizar reflejantes de noche o luces LED.
- No llevar objetos que obstruyan visibilidad o carga que impida agarrar el manubrio con las dos manos.
- No sujetarse a otros vehículos en movimiento.
- No usar el celular o cualquier dispositivo de audio mientras la bicicleta esté en movimiento.
Poco tiempo después de decretar estas reglas, se empezó a gestar una mejor cultura de convivencia en las calles y varios programas de apoyo al ciclista surgieron como medida de incentivo y protección a su libre tránsito por las vialidades. Uno de los más importantes es Rueda Seguro, una iniciativa gratuita de la misma Ciudad de México que brinda apoyo médico por accidente; económico por daño causado a su bicicleta y en caso de muerte accidental, asistencia funeraria y el pago de un seguro a sus deudos.
De la misma manera, habrá servicio de ambulancia, orientación médica, nutricional y fitness vía telefónica, además de acceso a Red Médica a precios preferenciales.
Esto es un verdadero cambio para bien, contando además el decreto con el que todo ciclista cuenta con los mismos derechos que un automovilista o conductor de motocicleta, y aunado a la promulgación de ciertas preferencias de tránsito como algunas vueltas exclusivas o que los conductores deben de verificar que no hayan bicicletas en el paso antes de dar un giro a la izquierda o derecha, entre otras cosas.
La revolución a dos ruedas ha comenzado y está en nosotros hacer lo que nos corresponda para garantizar la armonía de nuestras calles y, ¿por qué no?: la salud del planeta.