Una de las actividades que siempre tenemos en mente pero que constantemente "olvidamos", casualmente, es ir al gimnasio. Incluso, esta sensación se intensifica en esta época, cuando el hecho de cuidar la salud se ha convertido en una tendencia —por no decir moda positiva— que afortunadamente ha ido creciendo para mejorar la condición física de muchos. Sin embargo, en nuestra vida hiper conectada y con cero tiempo libre, ¿cómo podemos integrar esta vida fitness a la agenda? ¡Claro, viviendo cerca de uno!
Es así como uno de los mayores problemas al momento de elegir un gimnasio para ponernos en forma es la gran oferta de distintas clases, servicios enfoques y mucho más.
Una de las sugerencias más importantes es pensar en los resultados que esperamos antes de elegir un espacio para ejercitarnos. Por ejemplo, quienes quieren bajar de peso necesitan un lugar donde exista mucha actividad cardiovascular, quienes necesitan acondicionamiento físico adicional para realizar una carrera "trail" deben buscar gimnasios con instructores y ejercicios que complementen su actividad cotidiana y un largo etcétera.
Por suerte en muchos gimnasios se ofrece una gama muy completa de entrenamiento, ahí se vuelve importante pensar en el otro factor determinante: la distancia.
Imagina la escena, por la noche, para que todo esté listo preparas tu ropa, tus tenis y planeas el desayuno ligero pero energético para ir decidido a hacer ejercicio para mejorar tu salud.
Duermes tus ocho horas completas y te levantas al día siguiente con todo el ánimo, pero es un temprano por la mañana siempre existe la tentación de los cinco minutitos más que se ven hermosos desde la cama. Además, levantarse e ir hasta el gimnasio se convierte en una odisea que pensarás tres veces antes de decidirte.
Ahí surge la regla: mientras más cerca esté el gimnasio, hay menos probabilidades de que faltes. En especial cuando se trata de realizar actividad cardiovascular, más que una rutina de fuerza.
A distancias más cortas, más motivación, porque verás los resultados de tu constancia de manera más fácil.
Además de los beneficios para tu salud que el ejercicio y la constancia promueven, tener el gimnasio en casa te permitirá beneficios que no te imaginabas. Por ejemplo: muchos de ellos cuentan con horarios especiales para clases en grupo (zumba, kickboxing, cardiosalsa, spinning y mucho más) y al volverte parte de uno aumentas el compromiso, socializas, desarrollas el compañerismo y contribuyes a crear un ambiente mucho más relajado mientras te ejercitas.
Eso te ayudará a dejar atrás la imagen de un gimnasio donde todos son personajes forzudos poniendo cara de enojados mientras bombean con unas pesas.
Otra gran ventaja del gimnasio cerca de casa o trabajo es para lo que algunos llaman "cambiar el cassette". Imagínate que estás en la oficina después de varias juntas complicadas y necesitas darle una solución efectiva a un problema laboral.
Lo mejor es dejar que las ideas se enfríen, darle la vuelta y mirar todo desde otra perspectiva: ¿qué mejor que después de una sesión de ejercicio en el gimnasio? Así tu mente se despeja, tu circulación se activa y podrás retomar tus actividades con bríos renovados.
Existen desarrollos residenciales de usos múltiples que permitirán que sus habitantes accedan al servicio de gimnasio, por lo que pueden dar como un hecho todas las ventajas que te hemos numerado en este post pero con un precio especial para residentes. No esperes más, anímate a vivir en un lugar donde tu salud sea también parte del bienestar.